MI PUTA PENITENCIA

Y ya son las 2 de la tarde y el día se va deslizando como una puta serpiente y corre y no llego y corre más y llego menos, pero para eso no hay mejor remedio que la puta realidad y ahora esa es: que tengo que hacer la comida y para que mis retoños, que ya no son tan retoños, y yo, degustemos lo que les he preparado. Y que me digan y Papá que enrollado es y nos hace la comidita y todo. Pues aquí, aclaremos unas cuantas cositas: ni yo soy tan enrollado, ni yo preparo tan buenas comiditas y ya podía tener en ésta santa casa a un master chef de la vida y yo sólo esperar a que la comidita esté servida y calentita. Bueno, pero como en vidas anteriores yo he sido un tío muy malo, ahora me toca apechugar y para que así, sea perdonado.

Por tanto, el hacer la comida es mi penitencia diaria y sino la hago, sé que dios me castigará en el Averno y me dejará sin tías en pelotas. Y yo a lo de comer le encuentro su punto de gloria o sea me gusta comer y mucho, pero me falta ese punto de gloria, ese punto de enrollarme cocinando y de disfrutar con ello. Quizá en la otra vida, lo consiga, porque ahora tengo muchas cosas que hacer y son nuevas y son viejas y son eternas...pero el tiempo no es eterno y yo tampoco lo soy. Y las cosas gustan o no gustan y no gustan a medias y hoy sí y mañana, no y pasado ¿quién sabe?.

Y antes de cocinar muy bien, me gustaría pintar y hacerme artista del óleo. O también, montarme un vivero de flores y plantas y arbustos y árboles frutales y un surtidillo de todo y todo muy bien cuidado. O darle a la música, pero en plan auditivo, porque para tocar yo no sirvo y porque soy un puto patoso con dos muñones. Y bueno, la lista podía ser inmensa y yo creo que no necesito más argumentos y al final y en conclusión, me gustan muchas cosas y más que el cocinar, pero como ya dije antes, esa es mi puta penitencia diaria.

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JULIO CORTÁZAR