Pues ya estamos entrando en los últimos estertores de ésta campaña electoral y ¡menos mal!. Tengo la sensación de que llevamos en campaña electoral, no meses, sino años y como yo soy de los que pienso que en la vida no todo es política y a pesar de que hay muchos que nos intentan comer el coco con que sí, con que sí lo es, yo declaro ¡qué estoy harto! y que lo digo públicamente y sin ningún recato. Hay muchos que piensan que haciendo una política justa y correcta, se pueden aliviar todas nuestras miserias y yo digo, que solo en parte, digamos que puede ser que parte de las económicas y sociales se arreglen y me parece muy bien, pero que nadie piense que con eso se va a aliviar la estupidez existente, que de repente nos volvamos seres creativos y libres, que dejemos de ser envidiosos y celosos y que el espíritu colectivo va a estar por encima del individual.
Desde luego las pequeñas miserias humanas de cada día, los pensamientos retorcidos, las ideas con mala leche, la cerrajón de las mentes, no se van a resolver por un programa político. Claro que, que para algunos esto no tiene ninguna importancia y además, se revuelven en contra del que lo plantee y por ser un contrarrevolucionario, un vende patrias, un alquimista encerrado en su cueva, un aburrido libre pensador que no sabe en lo que pensar. Pues señores, ese soy yo y lo único que me jode de toda esa definición es que me llamen aburrido y no sé si lo seré para los demás, porque lo que es por mi parte tengo que decir: que me lo paso cojonudamente. Y puedo ser de todo, menos aburrido.
Aburridos son ellos y siempre diciendo lo mismo y como si fuéramos tontos del culo. La repetición es buena hasta cierto punto y debía haber una ley que prohibiera decir la misma cosa más de tres veces. Y a éstas altura de la película ¿quién no tendrá claro su voto?, pues el que no quiera votar y porque no le sale de sus cojones...pero no señor, usted tiene que votar, porque nosotros somos la hostia bendita y los demás, son mierda patatera...y como sigan así y me hinchen más mis partes..., a lo mejor yo no voto.
Desde luego las pequeñas miserias humanas de cada día, los pensamientos retorcidos, las ideas con mala leche, la cerrajón de las mentes, no se van a resolver por un programa político. Claro que, que para algunos esto no tiene ninguna importancia y además, se revuelven en contra del que lo plantee y por ser un contrarrevolucionario, un vende patrias, un alquimista encerrado en su cueva, un aburrido libre pensador que no sabe en lo que pensar. Pues señores, ese soy yo y lo único que me jode de toda esa definición es que me llamen aburrido y no sé si lo seré para los demás, porque lo que es por mi parte tengo que decir: que me lo paso cojonudamente. Y puedo ser de todo, menos aburrido.
Aburridos son ellos y siempre diciendo lo mismo y como si fuéramos tontos del culo. La repetición es buena hasta cierto punto y debía haber una ley que prohibiera decir la misma cosa más de tres veces. Y a éstas altura de la película ¿quién no tendrá claro su voto?, pues el que no quiera votar y porque no le sale de sus cojones...pero no señor, usted tiene que votar, porque nosotros somos la hostia bendita y los demás, son mierda patatera...y como sigan así y me hinchen más mis partes..., a lo mejor yo no voto.
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