LAS FALSAS BONDADES

No es fácil llegar hasta aquí, hasta ésta pequeña cima donde yo me encuentro. Porque eso sí, sé que es pequeña, pero también sé que es hermosa, que tiene mucha mierda pero que la he limpiado y además, ahora reciclo mierda. Por ejemplo la envidia la convierto en envidia sana y esas ganas que antes me entraban de asesinar a algún capullo rico y guapo, pues pasa que las sigo teniendo...pero ahora pienso, que no merece la pena manchar mis manos de sangre y entonces mi envidia sigue siendo igual o más asesina, pero me impongo el razonamiento de la lógica, que no es otra, que el no mancharme de sangre y de trozos de carne. No sé, me he vuelto más pragmático, pero eso sí, conservando de fondo los mismos pensamientos. Dicen que a éstas alturas (a mis 60 años) ya es tarde para cambiar, bueno eso dicen los que no saben lo que es cambiar, porque si lo supieran sabrían que uno puede cambiar en cualquier momento y da igual tener 20 años que 60. Lo que sino cambia es el sello identificativo de uno y si uno es buena persona y aunque en ese momento pasando por lo contrario, tienes muchas posibilidades de volver a ser buena persona y al revés, también pasa.

Yo me encontrado con personas que no había visto hace 40 años y si de aquellas eran unas excelentes personas, pues resulta que después de 40 años lo siguen siendo, sólo que han cambiado sus formas de manifestarlo, pero si tu tienes la capacidad de arañar la superficie (que yo siempre la he tenido) te darás cuenta que su esencia sigue siendo la misma. Digamos que la vida te araña y a veces te destroza, pero si has logrado sobrevivir a ella y aunque fuera a base de palos, tu yo sigue siendo el mismo que antes. También he comprobado lo contrario y la persona que era falsa, ahora lo disimula un poquito mejor que de aquellas, pero si tiras un poquito de la falsedad de su hilo falso, le saldrán sus falserios a borbotones. Y en estos casos lo único que consigues es certificar tus dudas ancestrales y si aquella persona era de dudosa calaña, ahora ya no esperas más y se va directamente a la planta de reciclaje, porque la maldad es nuestra mejor enseñanza.


Lo que yo nunca he visto, es que una persona mala se convierta en buena, he visto cambiarse de traje y de modos y de posturitas y así, aparentar la bondad personificada en forma de corderito, pero en cuanto les aprietas algo, la maldad les sale por sus poros. Es que se puede ser muy malo con buenas palabras o con falsas y suaves caricias, es más, la maldad en grado sumun o máximo, se suele manifestar bajo falsas apariencias y ante esto sólo cabe la paciencia y tiempo, paciencia para que le caiga su máscara y tiempo para que le crezcan los cuernos. La persona bondadosa no necesita hacer esfuerzos, porque ya lo es y el falso bondadoso necesita hacer un continuo alarde de sus falsas bondades y el malo como yo, tampoco necesita hacer nada, porque ya lo soy y lo tengo asumido.

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JULIO CORTÁZAR