YO OS SALUDO... ((Poema))

Yo os saludo y os mando un fuerte beso,

yo os saludo desde mi diminuta Isla,

desde éste granito de arena caído del cielo,

y donde dios puso el ojo

y se olvidó de la bala,

dios dijo:

quiero paz en la Isla

y desde esas vivimos en paz

y vivimos juntos pero no revueltos,

es decir, nos soportamos

y no nos comemos la boca

y si queremos algo más,

pues lo buscamos

y si queremos algo menos,

todo será cuestión de construir muros de defensa

y si con ello no llega,

hay fortalezas enterradas a prueba de bombas

y ya puestos, os vuelvo a saludar

estaba pensando en el que dirán,

que dirán de mi los Isleños de denominación de origen,

los auténticos, los indios de la tribu, 

los pura sangre menorquina,

 los autóctonos...

bueno que dirán de mi y de los piensan parecido,

creo, que no dirán nada,

porque son gente de paz

y como a mi, les entusiasma el silencio

y es verdad, 

ésta diminuta Isla es silenciosa hasta las trancas

y hasta el mar es casi de calma total,

las olas son penosas de tamaño y de intensidad,

 las mareas dan ganas de morirse de la risa,

pero su azul es azul intensivo

y su belleza es la de una sirena al borde del mar,

esto es un bello remanso de paz,

pequeño y hasta puede que demasiado pequeño,

pero es que todo lo bueno se dosifica con mucho cuidado,

hay que ir poco a poco, a pequeños pasitos,

y pongo una hermosa playa en ésta esquina

y planto unos cuantos árboles y matojos en ésta otra,

y después, 

es todo que dios le diera un soplo de vida

y todo se pondría a funcionar,

el panadero haciendo pan a las 4 de la mañana,

el dueño del bar preparando desayunos a partir de las 6 de la mañana,

yo levantándome a las 7 y media y sirviéndome mi primer café del día,

después, ya caerán unos cuantos más,

yo saliendo a desayunar a las 8

yo volviendo a casa bien desayunado

y ya preparado para sentarme delante de mi ordenador,

me siento y escribo

y escribo y sigo escribiendo

y las horas pasan y yo no me entero de nada

y hasta que de nuevo, empieza a apretar el hambre

y se me enciende la luz de la comida,

la hago, la como y la disfruto

yo y mi hijo pequeño,

los dos en santa comunión

y los dos disfrutando a partes iguales

y el dilema sería saber quién disfruta más de los dos,

pero ¿qué más da?

los dos a partes igual y quedamos como campeones

y sino hacemos un arreglo,

yo disfruto más en la primera parte de la comida

y tú, hijo mío, disfrutas más en la segunda

o al revés,

porque una cosa está más que clara,

no habrá pelea si uno de los dos no quiere pelea

y bueno, llega la tarde

y cuando llega cae otro café estelar,

después, 

viene una cadena de secuencias casi idéntica a la de la mañana,

sentarse delante del ordenador,

escribir, pensar y volver a escribir

y pasan los horas y mi cuerpo, sigue escribiendo

y se apagan las luces del cielo y yo sigo escribiendo

y de nuevo, se presenta el hambre

que es el aviso de mi alarma,

el hambre me divide las días y noches, 

me marca secuencias sin hambre

y sacude mi diezmado cuerpo, 

cuando el hambre está presente

y bueno, me cubre la noche

y yo me pongo en modo avión,

busco el silencio de convento,

mis movimientos se hacen más lentos

y los Párpados se empiezan a aflojar

y caen como persianas echadas

y entonces me digo:

Morfeo me ha venido a buscar

y sin más, me derrumbo en mi cama

y antes de quedarme dormido del todo,

os vuelvo a saludar

y me doy las buenas noches

y me digo: ¡hasta mañana!

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JULIO CORTÁZAR