OLORES...

De nuevo tarde noche

y apenas han pasado dos horas y media desde la comida,

Noviembre mes de luz nocturna

y pasamos más tiempo a oscuras que al suave sol otoñal

y es una pena, para mi no hay mejor sol que el otoñal,

es suave, es tibio, es templado,

es tangencial, es amable, es tierno,

es entrañable, es marrón amarillo tirando a verde,

es sol que sale de nuestras entrañas,

es húmedo, es lánguido, es romántico...

y ahora me estoy dando cuenta de que soy un puto romántico,

que me gusta tanto el otoño por ese aire tan tóxico

o por su patena romántica llena de hongos y setas,

y siempre acompañado de olores fuertes y contundentes:

olor a tierra mojada, a musgo húmedo y resbaladizo,

a castañas asadas, a leña quemada,

a ramos de Crisantemos,

a sándalo mezclado con incienso,

olor a mar revuelta, a algas en la orilla, 

a Pinos y a resina derramada en su Corteza,

olor a uva exprimida, olor a cosecha,

a vino, a aguardiente,

a gotas que caen por el Alambique,

olor a dulces sueños de chimenea,

a vueltas sobre tu eje y buscando la mejor postura,

olor a cielo, a nubes,

a lluvia, a charcos,

a gotas que caen de árboles,

olor a vida en estado puro,

a sentimiento, a perdida, 

olor a muerto, a lápida,

aroma de tierra alejada,

de lluvia ácida,

de brumas en la mañana,

de olores del arco iris,

de gotas de lluvia sobre la hierba,

olor de larvas, gusanos y lombrices,

de barro, de lodo,

de botas que pisan el lodo,

olor a tierra madura que fermenta,

que irradia, que traspasa,

y sobre todo...que nos inunda la Pituitaria.

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JULIO CORTÁZAR