En realidad yo estoy aquí
y no estoy tan allá como me gusta pensar,
estoy más cuerdo que loco,
tengo mi lógica, mis razonamientos,
tengo mis métodos, mis estrategias,
y mis sibilinas tácticas un tanto retorcidas,
no penséis que voy desnudo por el mundo
y detrás de mi estampa de delicado bruto descuidado,
está mi orden y está muy bien trenzado,
nada lo juego a la suerte del azar,
yo pongo el objetivo y lo marco como tal,
después expongo mis armas y valoro mis defensas
y ahí decido si voy a por todas o voy lento y poquito a poco,
con paciencia (que no la tengo) y sin desfallecer pase lo que pase,
el todo me encanta,
el todo me puede y no me deja ver las partes,
y lo que eran escalones de una larga y tediosa escalera hacia el objetivo
de repente se han convertido en el todo o la nada,
no tengo paciencia,
no tengo un pulso tranquilo y acomodado
y enseguida me enciego de entusiasmo apasionado,
yo amo la compulsión y la sangre de los arrebatos,
me encanta ese instinto asesino que casi todos tenemos,
adoro lo espontáneo y lo que sale en forma de exabrupto incontrolable,
y así de primeras y así sin previos filtros,
y yo sé muy bien y porque ya lo he probado,
que lo espontáneo puede hacer mucho daño,
pero aún así asumo el riesgo
y prefiero tener que rectificar mi espontaneidad,
antes que adornarla con la futilidad de algunas palabras vacías,
yo prefiero los daños de cara a las puñaladas por la Espalda,
yo quiero saber cuanto antes...
si tengo que darle un Abrazo amigo
o simplemente tengo que cortar sus Brazos de un único hachazo.
y no estoy tan allá como me gusta pensar,
estoy más cuerdo que loco,
tengo mi lógica, mis razonamientos,
tengo mis métodos, mis estrategias,
y mis sibilinas tácticas un tanto retorcidas,
no penséis que voy desnudo por el mundo
y detrás de mi estampa de delicado bruto descuidado,
está mi orden y está muy bien trenzado,
nada lo juego a la suerte del azar,
yo pongo el objetivo y lo marco como tal,
después expongo mis armas y valoro mis defensas
y ahí decido si voy a por todas o voy lento y poquito a poco,
con paciencia (que no la tengo) y sin desfallecer pase lo que pase,
el todo me encanta,
el todo me puede y no me deja ver las partes,
y lo que eran escalones de una larga y tediosa escalera hacia el objetivo
de repente se han convertido en el todo o la nada,
no tengo paciencia,
no tengo un pulso tranquilo y acomodado
y enseguida me enciego de entusiasmo apasionado,
yo amo la compulsión y la sangre de los arrebatos,
me encanta ese instinto asesino que casi todos tenemos,
adoro lo espontáneo y lo que sale en forma de exabrupto incontrolable,
y así de primeras y así sin previos filtros,
y yo sé muy bien y porque ya lo he probado,
que lo espontáneo puede hacer mucho daño,
pero aún así asumo el riesgo
y prefiero tener que rectificar mi espontaneidad,
antes que adornarla con la futilidad de algunas palabras vacías,
yo prefiero los daños de cara a las puñaladas por la Espalda,
yo quiero saber cuanto antes...
si tengo que darle un Abrazo amigo
o simplemente tengo que cortar sus Brazos de un único hachazo.
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