Y no dejar de insistir
y venga a persistir en tu idea
o en la mía o en la nuestra
aunque de cada vez dudo más de la pluralidad de la misma idea,
porque una vez que se extiende y se hace mancha de aceite,
esa idea suele dejar de ser común al plural
y se convierte en una suma de pequeñas individuales,
de cada vez dudo más de las revoluciones pendientes,
bueno, de la mía no dudo,
pero la de todos y todos juntos y rompiendo cadenas
y con la misma idea y alternativa en nuestro Cerebro colectivo,
dejé de creer hace mucho tiempo,
yo no soy de partido único y proletario
y el jefe es y será el que siempre manda
y seguirá mandando después de dar vuelta a la tortilla
y para que se incruste en el nuevo poder proletario o del pueblo,
un nuevo orden pero al revés
y el que estaba abajo pasa a estar arriba
y el de arriba se confundirá entre las masas proletarias,
yo no quiero arribas, ni quiero abajos,
ni quiero que todo el mundo sea de pensamiento único
yo no quiero ni necesito eso,
yo quiero criterios diferentes,
ideas antagónicas y a muerte,
pensamientos anárquicos y sin control ninguno,
yo quiero besos en la madrugada,
noches de conversación y hasta que el sol me ilumine la cara,
yo quiero amores prohibidos y prohibitivos,
amores sin hora, sin normas, sin leyes,
sin establecer protocolos, sin nudos que los aprieten,
sin barreras, sin fronteras, sin largas distancias,
sin miedos, sin celos...
y siempre a deshora, a destiempo, a descrédito,
y siempre dispuestos a dejarse llevar por el viento...
y con las revoluciones me pasa lo mismo,
las quiero, pero si empiezan por uno mismo.
y venga a persistir en tu idea
o en la mía o en la nuestra
aunque de cada vez dudo más de la pluralidad de la misma idea,
porque una vez que se extiende y se hace mancha de aceite,
esa idea suele dejar de ser común al plural
y se convierte en una suma de pequeñas individuales,
de cada vez dudo más de las revoluciones pendientes,
bueno, de la mía no dudo,
pero la de todos y todos juntos y rompiendo cadenas
y con la misma idea y alternativa en nuestro Cerebro colectivo,
dejé de creer hace mucho tiempo,
yo no soy de partido único y proletario
y el jefe es y será el que siempre manda
y seguirá mandando después de dar vuelta a la tortilla
y para que se incruste en el nuevo poder proletario o del pueblo,
un nuevo orden pero al revés
y el que estaba abajo pasa a estar arriba
y el de arriba se confundirá entre las masas proletarias,
yo no quiero arribas, ni quiero abajos,
ni quiero que todo el mundo sea de pensamiento único
yo no quiero ni necesito eso,
yo quiero criterios diferentes,
ideas antagónicas y a muerte,
pensamientos anárquicos y sin control ninguno,
yo quiero besos en la madrugada,
noches de conversación y hasta que el sol me ilumine la cara,
yo quiero amores prohibidos y prohibitivos,
amores sin hora, sin normas, sin leyes,
sin establecer protocolos, sin nudos que los aprieten,
sin barreras, sin fronteras, sin largas distancias,
sin miedos, sin celos...
y siempre a deshora, a destiempo, a descrédito,
y siempre dispuestos a dejarse llevar por el viento...
y con las revoluciones me pasa lo mismo,
las quiero, pero si empiezan por uno mismo.
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