No...no...y no,
yo sigo en mi rincón de incomprendido,
me niego a escuchar tu voz,
aborrezco tus lamentos lastimeros,
me impregno de odio y brea
y lo hago en capas superpuestas
y son tantas...y son tantas...
que al final, se solidifican en una sola capa,
será, mi gran capa protectora,
dentro de ella se escucha el vacío de la noche,
por fuera, es donde rebotan tus voces y quejidos,
y por el medio corre mi sangre en grandes regueros arañados por el tiempo,
no...no...y no,
no hay nada detrás de la estatua que preside la plaza,
en tal caso hay...
hay un banco manchado de barro,
hay cuatro plantas que sobreviven al abandono,
hay tierra firme y hierba que va por libre,
hay dos cristales que reflejan luces y destellos,
hay hojas alicaídas, mustias y a punto de morir,
hay musgo verde en la piedra del muro,
hay una Lagartija que asoma por una rendija,
hay una Libélula que juega con el goteo del agua,
hay una fuente que no para de sangrar,
y todo esto demuestra que...
que hay mucha vida detrás de la estatua.
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