
Para los dioses,
somos como moscas cojoneras,
moscas que van detrás de la
mierda que vamos dejando,
que primero, tiramos,
que segundo, no reciclamos
que tercero, que respiramos ozono por los poros
que cuarto, que comemos mierda prefabricada,
y que además, tenemos que decir...
que rica está esta mierda
y ¿quién fue el puto cocinero?
y para llenarlo de estrellas michelín...
y todo eso fermenta dentro de nosotros
y nos hacer ser seres abyectos y groseros
que lo que cagamos nos lo comemos,
que somos hombres y mujeres de plástico
que andamos porque alguien nos dio cuerda,
que sudamos porque alguien abrió el grifo del agua
y que por supuesto,
que siempre desperdiciamos como un río sin sentido,
que somos seres que creemos... que pensamos
y que estamos pletóricos de nuevas ideas,
cuando en realidad somos cansinos y repetitivos
que el motor de cuatro tiempos
fue un invento del medievo
que en el viaje a la luna
delante de todos ellos meó un puto perro,
pero aún así nos creemos su película de miedo
y había una vez un monstruo con dos cabezas
que se comía a los niños malos
y menos mal que al fin y al cabo,
nos queda la luna lunera
y ¡menos mal! que la luna siempre estará conmigo.
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