LA CALMA

Me gustaría creer con esa fe que me caracteriza,

que por dentro estamos hechos de otra materia,

que ni es carne, ni es hueso,

que no es piel, ni tendones,

me gustaría pensar que es aire y masa líquida,

que cuando se enternece, 

se transforma en sólido

y que cuando no le gusta algo,

se cubre de herrumboso verdín oxidado

verde amarillo tirando a gris negruzco,

es brillante su traje otoñal neblina,

y como por fuera no me dejan tener una estación única,

por dentro me visto de otoño todo el año,

llevo conmigo una preciosa cesta

para recoger setas,

uso botas de caña alta

y un sombrero de suave fieltro,

de marca blanca

y porque si la tiene, yo se la borro,

no me gustan las marcas

y menos me gustan las etiquetas que te catalogan,

y como si fuéramos pepinos o rábanos

o tomates de mata nacionales o importados...

de mi me gusta que se diga,

que soy humano,

que meto mucho la pata,

que cuando acierto hago una fiesta de mil pares de cojones,

y que cuando me dejan de querer,

 no lloro como un ser empequeñecido,

es más, me hago grande y gigante,

yo soy de retos,

de grandes retos

y ante las adversidades me crezco,

además me gusta pensar

que después del temporal viene la calma

y esa calma y os lo digo en secreto

 ¡es la calma que más me gusta!.

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JULIO CORTÁZAR