DOMINANTE Y SUMISO DOMINADO







Viral es mi vida,

yo me reproduzco por esporas

y mi virus también,

es más, nos separamos el uno del otro

y al minuto nos añoramos desesperadamente,

somos seres dependientes

que necesitamos el uno del otro con devoción,

como esas parejas en que une tose

y el otro también y por simbiosis metafórica,

el uno tiene que hacer lo del otro,

sino, no viven ni dejan vivir,

son dos cuerpos en uno,

aunque nunca iguales y porque es imposible,

siempre tiene que haber el gallo dominante

o la gallina que tiene agarrado al gallo por donde todos sabemos

y claro en estos casos (que son todos)

el que domina...

pues ordena y manda y hace lo que quiere,

y el otro o la otra persona,

repiten lo mismo con una obediencia sumisa

y ¡¡ay!!! como me gusta la playa!, dice el dominante

y se miran con ternura

y los dos suspiran,

(es una cosa ensayada en largas tardes de aburrimiento)

después se dan un beso todo cursi en la boca

(de los que no son besos ni son hostias benditas)

y se cogen de la mano y el que domina

suelta su última frase y a modo de coletilla

 (él o ella tienen que decir la última palabra)

"estoy deseando que llegue el verano"

¡verdad cariñooooo!

y el otro o la otra ¿qué va a decir?

pues sí...mi amoooor…

y no me pegues al llegar a casa

(piensa para sus adentros)

y dice el sí al mismo tiempo que agacha su cabeza

bajo el ala protectora de su dominante pareja,

en los días claros se ven más y mejor,

y con la luna llena es el despiporre,

abundan como plagas de langostas buscando comida,

su falsa ternura, es cobardía por un lado

y por el otro, es el placer de sentirse domador del cotarro,

y por eso se juntan y se complementan,

uno lleva el látigo en su mano

y el otro u otra, unas rodilleras de cuero negro

y mientras le da de latigazos

el sumiso tiene que gritar 

por favor

¡¡¡pégame más y con más fuerza, cariño!!!

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JULIO CORTÁZAR