Y era día
y lo sé, porque no era noche,
yo te buscaba en el muelle,
el sol castigaba mis ojos y mis entrañas,
pero aún así alzaba la vista
porque seguramente llegarías por lo alto,
(como casi siempre llegabas)
y luciendo la mejor de tus sonrisas,
diciendo un ¡hola! atropellado
que pronto se convertiría en un fugaz y tierno beso,
y a partir de ahí,
todo a mi alrededor flotaba,
no sabes el poder que tenías,
tus besos eran de lava ardiente,
tu piel efervescente brillaba como un diamante,
tu cuello era el tobogán por donde se deslizarían mis besos,
tu espalda era de cuevas y vértigos,
tu aroma era de pétalos y flores,
tu aliento era una bocanada de viento...
en fin...todo era...

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