¡QUE ME DEN!

¡Que me den!

que me den morcillas

que me den por culo,

que me arranquen los ojos,

que me empalen en el palo mayor,

que mis tripas sirvan de bandera pirata,

que lo que dije aquél día

puede y debe pasar por una trituradora,

que de aquello no debe quedar nada

y cuando digo nada...¡es nada!

empiezo a sospechar que aquél día

me habían drogado con un hongo mágico,

que cuando te vi,

no eras tú

eras una alucinación deformada

que se había adueñado de tu cuerpo y cara,

el demonio estaba dentro de ti,

estaba criando y creciendo 

pero yo de aquellas, 

no lo quise ver...

si hubiera indagado un poco más,

si hubiera rascado en tu capa más superficial,

quizá hubiera visto,

tu cara de ángel,

tu cuerpo de sirena

y tu alma demoníaca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR