
Es duro caminar con las rodillas destrozadas,
y también lo es
con los muñones endurecidos y agrietados de nuestros pies,
todos somos callo y dureza incomprendida
pero algún día dejaremos de doler
porque el tiempo todo lo vuelve insensible y amorfo,
y aquél caballero que no podía dormir ni a la de tres,
ahora, se dormirá hasta del revés,
pero él siempre dirá
ésta noche...he dormido fatal y no he pegado ojo.
Pero todo se duerme bajo nuestros pies deformes o no,
hasta el hormigón se duerme en las aceras de mi pueblo
y nos deja pasar y como si corriéramos detrás de algo,
de algo que muchas veces no sabemos que es,
pero en realidad,
no corremos detrás de nada,
somos nosotros mismos dentro de nuestro propio espejismo,
pensamos que corremos y no nos movemos del sitio.
y ni morfeo nos salvará de la quema
ni tampoco la estupidez del sueño que he tenido.
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