Caen las horas,
a veces se pegan al paladar blando
pero en otras,
serán digeridas antes de ser comidas
y la queja será la de siempre
el tiempo pasa y a la velocidad del vértigo.
Mientras afuera,
el viento sigue su variable curso,
lleva tres días desatado,
levantando olas y mares,
esparciendo espuma blanca salada,
y aullando por los tejados como un lobo solitario...

No hay comentarios:
Publicar un comentario