CAEN LAS HORAS

 

Caen las horas,

a veces se pegan al paladar blando

pero en otras,

serán digeridas antes de ser comidas

y la queja será la de siempre

el tiempo pasa y a la velocidad del vértigo.


Mientras afuera, 

el viento sigue su variable curso,

lleva tres días desatado,

levantando olas y mares,

esparciendo espuma blanca salada,

y aullando por los tejados como un lobo solitario...

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JULIO CORTÁZAR