No hace falta que me digas nada,
yo sé... lo que me digo
y me digo que para decirme eso,
no hacían falta tantas palabras,
con un silbido
o con un beso se arreglaba
con unos versos sueltos
y un poema lanzado al viento,
seguro que también.
Yo no tengo dudas de como yo funciono,
conozco los mandos de mis motores
y lo que me motiva y desmotiva
y lo que me llena o me vacía de ánimo...
Yo no tengo dudas de mi,
me levanto seguro,
al mediodía estudio mis pequeñas dudas
y por la tarde tengo las respuestas encima de la mesa,
por tanto, dame dudas
y obtendrás respuestas...

No hay comentarios:
Publicar un comentario