LLUEVE POR DENTRO DE LOS SENTIDOS

 


Dicen que llueve,

pero no llueve agua,

llueven serpientes de punta

y diminutas piedras de granito

que se cuelan por los intersticios.


Llueven antiguos tesoros perdidos,

diamantes en bruto,

puñales de acero, oro y zafiros,

muñecas hinchables,

algunas hinchadas

otras pinchadas,

y por fin otras destrozadas 

y es de suponer, por exceso de uso.

(En mi caso sería al revés, por defecto de uso)


Llueve por dentro de los sentidos,

en cada esquina de tu vida, llueve,

en cada amor maltrecho y malparido,

en cada mentira contada y compartida,

en cada estupidez cometida,

llueve en los dientes, en las encías,

y en el mismo cielo de tu boca.


A veces llueve sobre mojado

y cuando se pone a llover

los adoquines del suelo ya estaban mojados,

y erre que erre

y más lluvia sobre ríos de agua sucia y cristalina...


Al final, siempre pasa

que el agua se busca la vida

y lo único que queda de todo,

es el poso de aquél ayer

que como no te apures,

se lo llevará la próxima riada.

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JULIO CORTÁZAR