En mis oídos empieza a sonar el despertador.
Mañana a las 6 y media en pie...
que ya sé que no es para tanto,
pero es que a mí me encanta dormir
y otras cosas que no debo decir aquí,
pero que se suponen...
Me encanta que suene el despertador,
apagarlo y darme la vuelta ipso facto.
Después dar un ronroneo
en señal de victoria
y abrir medio ojo
y a través de la ventana ver el día que amanece...
que si llueve me adorno con otro ronroneo más ruidoso,
que si hace frío me tapo hasta los ojos,
que si el día está soleado me digo
habrá que levantarse
pero sólo me lo digo
y porque no obedezco las órdenes
dadas de esa manera tan dejada...
El epitafio de todo esto,
es que me encanta dormir,
pero mañana toca currar
y a las 6 y media de la mañana
tengo que tener un pie en el suelo
y más vale que sea el adecuado,
pero bueno,
yo soy de pie izquierdo
y es el primero que toca la madera del suelo.
Y sí,
me levanto con el pie izquierdo
y que ¿pasa?.

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