Te propongo
recomponerlo todo,
desarticularlo
y reconstruirlo,
volver atrás
y sobre tus y mis pasos
y empezar el día como aquél día,
sólo que yo pasando de largo.
Ni siquiera mirarte
y por el peligro que entraña,
ni siquiera quererte
y para no perder el tiempo,
ni siquiera fijarme en como ibas vestida,
y mirar al mar que estaba detrás de ti,
y saludar a las olas
que tu cuerpo no me dejaba ver
y escuchar el susurro de los pinos
y quedarme allí sentado
y sin esperar nada de nadie...
y así, hasta el día siguiente
y mes y año y décadas
y así hasta sentir el olor de la tierra húmeda encima de mí.

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