De tanto andar desnudo
me estoy quedando sin pies
y la piel se me ha mudado y sin decirme el porqué
ni el como.
De tanto andar de puntillas
se me cayeron las uñas de los pies
y ahora ando sobre mis talones
y al revés y como los cangrejos
siempre buscando lo que ha quedado detrás.
De tanto decir te quiero
se me está deformando la boca,
mis labios de tan finos que se hicieron,
se están quedando en un delgado y deforme esqueleto
y mi lengua, que siempre fue bífida y asesina,
ahora tiene el tacto de una lija seca
y mi palabra, que lo fue tanto,
ahora se ha convertido en un nido de víboras.
Por tanto,
no soy mejor ni peor que antes,
antes era menos bicho
pero ahora
soy mejor persona.
Y quién nos dijo:
"que estaba todo equilibrado".

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