No sé si tengo ganas de cumplir más años.
Por un lado prefiero quedarme aquí
aquí en éste lugar y sitio
en Menorca o donde sea feliz
o en donde salga a la calle por la mañana
y mire al cielo y me diga
¡qué bonito día!.
Y que al mediodía
escuche las 12 campanadas
de cualquier iglesia perdida de la mano de dios
y me vuelva a decir
¡qué bien...este bonito día
se mantiene de pie!.
Y al mediodía
que los gusanos del hambre me dejen en paz
y simplemente con el olor de un guiso
que mi estómago levante la bandera blanca.
¡Tampoco pido tanto!.
Pero ya que estamos
y puestos a pedir,
pido tardes grandes e inmensas
(me encantan las tardes)
tardes apacibles y entrañables,
tardes en que no transcurra el tiempo,
y que se pose la niebla sobre las aceras
y que al fin,
no nos deje ver lo que no queremos ver.

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