Te resumo:
no sé nada
ni nada tengo que decir,
ni pensar, ni maldecir,
ni soñar,
ni siquiera te puedo decir
¡te quiero!.
Se me acabó la magia de mis dedos
mi piel es arena de aquella playa
y mis pies son huellas que se llevará la marea.
El viento... que de antes,
tanto me acariciaba,
ahora se ha vuelto seco y duro
y me hace daño
y me hace llorar como en un día de lluvia....
Pero no te preocupes por mí,
estoy solo pero contento.
En realidad me gusta
ser perro verde
y de vez en cuando quiero
rascarme las pulgas
y enseñar los dientes.

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