PAULA CANTARERO

 


Pesadillas     



Anoche soñé con una lechuza.  
Soñé que extraños entraban en la casa.  
Soñé que un íncubo se sentaba sobre mi corazón.  
¿Qué es un íncubo, madre? 
Una gárgola de piedra.  
Una incertidumbre.  
Soñaba, cada noche, que estabas  
atrapado en la cabina de un crucero.  
Desde tu cabeza había una distancia 
de tres botellas de agua mineral pequeñas 
hasta los cuatro muertos apilados  
en la litera de arriba.  
Soñaste con un dron, que bailaba frente a vos 
como un colibrí en cortejo de apareamiento.  
Soñé que tenía sed y no había ríos en el mundo.
Soñé que hablaba cuchillas que al salir de mi garganta 
me partían en dos. 
Me vi empujando a mis hermanos a un abismo. 
Pensé en esas personas que se mueren durmiendo
y todos diciendo: se murió tranquilo, feliz.

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JULIO CORTÁZAR