No sé muy bien de que quieres que hable
quieres que hable de las sombras bajo las tinieblas de la noche
o prefieres que hable
de como todo ardió en aquella noche de verano,
nuestra piel, fue la primera en arder,
nuestros dedos quedaron sin huellas
mientras nuestras bocas se abrieron como dos bocas dislocadas
y lengua con lengua
y úvula con úvula
y juntos regurgitamos como vasos comunicantes
y entre tanto murmullo y tanto suspiro
tuvimos tiempo para mirarnos
y entonces te dije en el silencio más absoluto...
sigamos ardiendo dentro de nuestro infierno.

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