He dejado mis penas aparcadas
en la entrada de mi casa.
Hay días en que uno entra
como si nada pasara
o como si la vida fuera la que silbara
y tú, mientras tanto
te vas borrando del mapa
y te haces invisible e insípido
y te lo haces tanto
que te acabas desdibujando.
En fin,
que te difuminas en la nada,
que el pez grande se come al chico
que el hombre se come al pez grande
y al hombre se lo comen los gusanos
y a los gusanos se lo come la tierra
y así, volvemos al principio.

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