ESTAMOS...

 

Estamos tan dichosamente embutidos en nuestros disfraces

que al final,

 creemos que nos hemos transformado en algo distinto.

Pensamos que no somos los mismos de antes,

que gracias a nuestra puta paciencia y curiosidad de mierda

y a nuestro patético conocimiento adquirido por el camino

pensamos que estamos perfectamente adaptados a todo lo nuevo

y que sacamos el máximo provecho a todo lo viejo.


Y como epílogo final:

no os voy a decir que vivimos engañados...

pero casi.


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JULIO CORTÁZAR