HAY TARDES...

 


Que la tarde pasa, 

que la luz cambia  al paso de las horas

que algunos recuerdos duelen y ¡como duelen!

y que otros, te entumecen

y te dejan anestesiado o en estado de muerto incipiente...

Hay tardes de horas interminables

y de calor insoportable.

Hay tardes de apacible aburrimiento,

pensando (por ejemplo)... ¿porqué se tortura?,

debió de ser un átomo o una molécula maligna 

que mismamente cayó del cielo o de los infiernos,

y se incrustó en el cerebro de algunos que no merecen ser seres vivos

y desde ese día...

hay quién defiende la tortura.

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JULIO CORTÁZAR