Única habitación con dos ventanas:
fascina que las manos de la luz
prefieran separarse mientras vienen
y unirse al otro lado, más adentro.
Entonces se saludan con jolgorio,
ensanchan la morada compartida.
Amor artesanal, a ti te hablo,
al amor que me habita y donde moro:
dejemos que se agiten los postigos
si sopla viento y nada los sujeta.
Un día es un regalo que ansía repartirse
por todas las ventanas despejadas.

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