¿HABLAR O NO HABLAR?

Menorca

En mi curre y dada la situación que estamos viviendo (año 2.013...en plena crisis), se van acumulando los problemas, tampoco es que sea la hostia, tampoco es eso, pero sí se van sumando detalles. Y ya sabéis lo que son para mi los detalles, los detalles son la base de todo, por un detalle empieza una cosa y por un detalle se acaba jodiendo. Bueno, estamos como más o menos todos los funcionarios del sacrosanto Estado o del Pater Estado, con esa bajada del 10% del sueldo, con esa paga extra robada, con el IRPF que aumenta como la espuma, algún complemento tocado y hundido, en fin, los problemas comunes a cientos de miles de trabajadores. Pero cada curre tiene su aquél o sus propias características y por ahí es por donde nos diferenciamos. 
Bueno pues ahora hay un cierto cúmulo de problemas propios, aparte de los comunes y algún compañero me está pidiendo mi opinión. Y ya me la pidió hace dos semanas y mi respuesta fue el silencio y ahora estoy dudando si fue la mejor postura. Pues la verdad es que me siento un tanto quemado, parezco un predicador en medio del desierto y a base de decir lo que hay, el personal ya te ve como si estuvieras pasado o como si fueras un marciano. Tampoco es que me importe demasiado, pues ya estoy acostumbrado, pero al ser el único perro que ladra, los dueños a la fuerza, te oyen. Y eso sí que me ha pasado, sentirme señalado, controlado y observado y por tanto agobiado y axfisiado. De ahí que el silencio fuera mi última postura, porque uno es tonto y tonto de capirote, pero la única neurona que me queda de momento, me da lo suficiente para saber que corro un riesgo.
El problema es que no soy capaz de callarme, lo puedo hacer durante un tiempo, pero después exploto, igual que explota mi cabeza en éste momento y todo por ésta mierda de virus que invadió mi cerebro. O sea que tendré que mojarme y escupir lo que pienso y juro que intentaré mantener el tono y dentro de las normas de educación o sea dentro de lo que es soportable, porque si realmente dijera todo lo que pienso, si lo dijera, acabaría con mis viejos huesos en Carabanchel y seguro que me tocaría de compañero de celda, un tal Bárcenas, ¿lo conoceis?. Juro que no diré tacos, no hablaré del Gobierno, no diré que segaré piernas ni brazos, ni le cortaré los huevos a nadie, ni colgaré a alguien por el cuello y del palo mayor y menos diré, que empalaré a quién debería estar empalado. Voy a ser bueno en las formas, en el contenido ya es otra cosa y a ver que pasa. Pero como estos señores que nos gobiernan tiene ficheros pintados de negro, igual que me lo ha demostrado la prensa local de ésta Isla, que ya decidieron no publicarme nada, pues seguro que en cuanto diga algo, saltarán las alarmas de sus controles y al unísono dirán: ¡a por Bruno! y todos a uno.

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JULIO CORTÁZAR