Mi idea
era tener un millón de ideas
y todas rebosantes y adorables,
y todas sensibles y admirables...
Mi idea era que crecieran las flores por doquier,
que el asfalto de la calle se derritiera
y sobre sus escombros
naciera una alfombra de musgo verde
sólo interrumpida por los árboles...
Y musgo, cielo,
árboles y flores
y yo curado de mis ardores
y respirando por mis pulmones.

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