Tengo un trocito de alma negra,
un trocito muy pequeño,
que a veces me domina,
y entonces se destapa con inusitada fuerza,
sale de él la maldad infinita,
la maldad más profunda y más oscura,
y brotan como manantiales mis peores pensamientos,
y crecen mis miedos y mis paranoias más retorcidas,
y se multiplican mis temores y mis pérdidas jamás lloradas,
todo eso hace que me retuerza como un muñeco de trapo,
y que diga lo que no quiero decir.
(Es como el rayo y el trueno,
yo soy el trueno que sigue a la la maldad del rayo).
Al llegar la noche,
los arrepentimientos me abrazan y me atraviesan,
y duermo con ellos y con mis peores sueños y pesadillas.
Al final,
siempre me despierto entre fríos sudores,
envuelto en una lúgubre noche de tormenta,
yo soy el trueno
y los arrepentimientos son los rayos llenos de ira y rabia
mientras mi trocito de alma negra
se ha convertido en una ciclogénesis casi perfecta.

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