Dicen que al final del final,
todo se coloca en su sitio.
Y sin ser un ferviente creyente
de las frases hechas y totalmente resolutivas,
tengo que reconocer que en este caso,
el final me ha dicho
que tarde o temprano
todo vuelve a su sitio.
Hay el engaño de un hermoso día de sol en la cara,
o hay aquellas vistas al mar que todo lo cura y cicatriza,
o hay la luna que mostró todos sus encantos de diosa enamoradiza
y entonces,
hubo un momento en aquella noche
en que nos confundimos de idea...
Y tú me pareciste un buen amigo
y te confundí
como una buena y mejor persona.
Pero la noche dura lo que dura
y con el primer rayo de sol sobre tu rostro,
me dí cuenta que tú no estabas en tu sitio
o a lo mejor era yo, el que no estaba en el mío
Y de repente sentí la punzada de que algo no cuadraba,
y no sé,
pero tuve que borrar de mi memoria la foto
que te había hecho anteriormente
y de nuevo me tuve que recordar que al final,
todo se coloca en su sitio.
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