Estoy en los últimos estertores del día. Afuera está ganado la noche y por goleada. Dentro y donde estoy yo, dominan dos luces y la luz de la pantalla del ordenador. Hay un cierto desorden o como decía el otro, hay un orden desenfadado que hasta puede resultar un poco vintage. Vintage, estoy yo, yo si que estoy vintage y por eso todo lo que me rodea tiene ese determinado halo entre viejo y cuidado. Un desorden ordenado y no es perfectamente ordenado, porque lo perfecto me molesta mucho y no soporto a las personas perfectas. Primero, porque nadie puede ser perfecto y segundo, porque te van perdonando la vida. Hay esa especie de desorden que indica que hay mucha vida y que todo se mueve y se cambia de sitio. Lo perfecto, me parece insustancial y deprimente y no puede haber en esta vida alguien más aburrido que un don perfecto. Aburrido, soso, grimoso y estúpido. Son estrechos de mente y faltos de alma. Al corazón, lo llaman bomba y al amor le llaman cariño.
Cariño decía aquél compañero de trabajo cuando su pariente le llamaba por el móvil, pero es que justo en ese momento está vociferando hacia y contra alguien, como un poseído. El poder de transformación que tiene el amor. Claro que esto me lleva a hacerme otra pregunta ¿y como puede un tío de estos (tirano y malvado) pasar al otro lado de la película y en cuestión de un segundo?. Pues puede y además, existe y porque yo lo ví con mis dos ojitos. Cariño, decía y lo decía unas cuantas veces más. Pero nada más colgar el móvil volvía y como si nada hubiera pasado, a su estado anterior, de monstruo faltón y agresivo.
Y por un tiempo fue mi jefe. Claro que lo fue y porque ya estaba cuando yo llegué, pero en cuanto pudimos nos lo cargamos y desde esas, pasó a ser un compañero médico más. Compañero, con que facilidad se usa la palabra compañero y lo digo, porque siendo como era de compañero tenía muy poco. Pero bueno, él se hacía el enamorado y ponía caritas de amor y como ya nadie le hacía caso, dejó de soltar diatribas e improperios. Se fue jubilado antes de tiempo y por estar muy impedido físicamente. El dice, que del trabajo lo echaron por estar enfermo y ahora, que la parienta ha dejado de quererlo, dice que lo echaron del amor por lo mismo (más de 25 años de diferencia). Cariño se fue y el menda por las redes queriendo dar pena y venga fotos de la boda y besitos de otros tiempos, y paseos con cariño cogiditos de la mano. Yo, reconozco que soy muy malo, pero si vosotros lo hubiérais sufrido de la misma manera en que yo lo tuve que sufrir, os juro que pensariáis que hay que cargarse al tirano. Y el tirano cayó y nadie le hizo una estatua en medio de la plaza del pueblo.
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