Cuando escribo
es porque quiero y lo necesito.
Cuando hablo
a veces es, por escuchar mi voz
y así, saber que sigo vivo
y en otras, por necesidad de ser escuchado.
Cuando quiero
no me entretengo en el querer
quiero y sigo queriendo
y hasta que deje de querer.
¿Qué si odio las despedidas?
pues claro que las odio,
prefiero un hasta siempre al adiós
y aunque sepa que sea mentira
pero para eso estamos aquí
para mentirnos
y decir que son verdades como puños.
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