Dejaste la puerta entreabierta,
dejaste entrar lo que no tiene nombre,
ni tiene sentido, ni pausa, ni alivio.
Dejaste pasar la apariencia
y para disfrazarte de ella.
Dejaste pasar lo mezquino,
lo trivial, lo anodino.
Dejaste atrás el abrazo sincero,
la mirada tierna,
la caricia de mis dedos.
Dejaste todo tras la puerta
y cuando vi tu nuevo rostro
me dije:
"si yo nunca estuve contigo".
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