Como si fuera un cuento mal contado
sé que a veces me despierto a media noche
y con el estómago en el cielo de mi boca
y todo arde en mis oquedades y mucosas,
todo me hiere y me hace daño,
todo me estorba y me incomoda,
todo me sangra a borbotones y sin control,
todo me resulta ácido y desconcertante.
Mientras tanto
algo oscuro y punzante crece sin medida
y un agudo grito sale de mis cuerdas vocales,
entonces me doy cuenta
que algo está saliendo por mi boca...
Y al final, hasta siento pena
porque era lo último que de tí quedaba.
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