SER PERSONAS


 De noche todos los gatos son pardos. De día todos los humanos parecemos personas, pero en realidad no lo somos. El título de persona se lo merecen unos cuantos que hasta pueden ser millones, pero ese título hay que ganárselo a pulso, con sudor y muchas lágrimas. No te lo dan por ser un tío guapo o bien parecido, o porque seas un practicante de deportes extremos o porque vayas de listillo y te camufles de buena persona. El examen teórico lo aprueban muchos y por ahí se cuelan muchas sanguijuelas, pero el práctico es donde te toca demostrar en el día a día, que eres una buena persona. Y ahí caen todos los que en la vida venden la moto. El día a día es la prueba definitiva y sino es hoy será mañana o pasado mañana cuando se descubra todo el cotarro. Fulanito me ha engañado y aún encima aprobó el teórico, pero tiempo al tiempo y fulanito caerá al suelo como la fruta pasada de madura. Nadie tiene el poder de engañar a todos día a día y durante muchos años y uno o dos años puede, pero al tercero se le empezará a ver el plumero. Esto es igual que la magia que tiene cada uno, aparece a ratos, a días, a meses y algunas veces (muy pocas) se agota en unos cuantos años. Pero esa es la excepción que confirma la regla y la regla es que nada dura eternamente y de forma continuada.

Ser personas es un plus que de vez en cuando tenemos y algunos lo usarán adecuadamente y otros, lo tirarán por la borda. Y entonces se puede ser buena persona y de repente, dejar de serlo. Pues claro y porque igual que te concedieron el título de buena persona te lo pueden quitar de la misma forma. Aunque como todo en ésta vida, es susceptible de ser recuperado y por eso nunca será tarde para volver a ser persona. Hasta cuando estés en el preludio de tu muerte, puedes intentar morir siendo una buena persona. Claro que siempre es mejor ser buena persona cuanto antes y hoy mismo y en éste mismo momento y no mañana. Dicen que la honestidad se mide en actos sinceros y honestos y la honestidad es clave para ser buena persona. Y no vale, que te digan que eres una buena persona, tus amigos o tu parentela más cercana y porque si hablamos honestamente esa valoración es subjetiva y porque por el medio están los sentimientos que a la fuerza van debilitando un juicio objetivo.

Primero, hay que valorarse uno a sí mismo. Segundo y cuando te sientas preparado, deberás pasar por el ojo ajeno y para que te juzguen desde todos los planos y ángulos. Tercero, el tiempo es determinante y el día a día, resulta ser definitivo. Cuarto, se admiten pasos atrás y porque somos seres humanos. Quinto, hay que comprometerse con tu causa de ser mejor persona y digan lo que digan y hagan lo que hagan los demás, tú mantendrás el mismo rumbo. La meta, es un instante de paz infinita.


















 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR