¿Para que sirvo yo?
me pregunto cada día
y a veces me digo...
para hacer grandes cosas
y otras veces me siento hormiguita
que sigue la fila previamente trazada por la vida.
A veces me veo grande, inmenso, sagaz,
listo como un zorro y dispuesto a todo
y otras veces, me siento enano,
minúsculo, cobarde,
infame y deleznable,
y no salgo huyendo porque me flaquean las fuerzas.
Y entre esos dos ¿ qué queda?
pues queda mi propio infierno,
los resentimientos, los malos rollos,
las peores ideas, la envidia,
la avaricia y el sentirse un excremento.

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