Cuando era joven
era terco y de mente estrecha y comprimida
mi especialidad era meterme en problemas
y hacer de cada problema un mundo demasiado grande
para que alguien me entendiera.
Solo cabíamos en él
mis problemas y yo.
Cuando era joven
no era perfecto,
pero tampoco era pluscuamperfecto,
es decir, tenía mis días y mis tonterías de juventud
que me hacían bajar de esa nube que yo solito me había creado
y tocaba fondo y me arrastraba por el fango
y así pude comprender
que la vida iba a ser dura y difícil
que podía tener un precioso sueño
pero que tarde o temprano
alguien o algo vendría y me lo jodería.
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