EL YO PENSANTE

 

El Yo pensante, decía Descartes. El Yo corpórea, insistía de nuevo el menda. El Yo una mierda, digo yo pasado demasiado tiempo entre Descartes y yo. Pero hay que reconocer una cosa, el tío Descartes tenía pelotas, lo que pasa es lo que siempre pasa, que el tío se desbordó a si mismo y llego a pensar que existía un dios superior a todos los mortales. Bueno pues a mí no me pasa igual, es más con la edad y con los años, pienso que ahí arriba no existe nadie, que ese cielo que nos cuentan que en le está el mismo dios, es un puto decorado pintado de azul cielo.
Y me importa un huevo que alguien se lo crea y lo que de verdad me importa, es que todos tengamos que comulgar con ello. Que nos dejen en paz los religiosos y los ayatolás con sus películas de que los ateos son malos y que tiene cuernos y rabo como el mismo demonio y si quieren tanto a dios, pues de acuerdo y sino lo quieren, pues también y si quieren a satán, pues que me dejen en paz igualmente. Cuidado con el miedo, cuidado con ese ser traidor que nos hace ser más débiles y frágiles, cuidado con ese ser o esa cosa que convierte el sol en penumbras, porque el mismo miedo es tan fuerte y tan inhumano, que te puede hacer sentir lo que nunca quisiste sentir y aceptar.
En lo único que estoy de acuerdo con Descartes, es en el YO pensante, ese que tenemos dentro y que piensa por y para nosotros. Pensar es sano y además no hace daño, pensar te ayuda, pensar te hace ver que no todos piensan igual que tú y menos mal que no piensan igual que tú, no saben ellos el sufrimiento que se han quitado de encima. En fin, que pensar es alucinante.















No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR