Es absurdo pensar que ya no valemos para casi nada
que somos cuerpos de deshecho
y que la basura es nuestro destino.
Yo no voy a presumir aquí
de mis propias agallas
y de que cuando necesito oxígeno extra
yo puedo respirar y os lo juro, por ellas.
Pero podría hacerlo.
Yo ya presumo de muy pocas cosas,
de mi cuerpo viejo y desgastado
es como presumir de una vieja máquina que sigue funcionando
y que como todo lo viejo,
consume demasiada energía
pero a su vez,
ese exceso de consumo
me hace tener en funcionamiento una fábrica de ideas,
y que en definitiva,
aún se me considere como un ser productivo
un ser que produce ideas y pensamientos
y que consume en exceso, palabras y verbos...
Pero lo que realmente es absurdo
es que se me considere un trasto viejo marginado
que ni vale para decorar su propia casa.

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