No se puede perdonar al enemigo
cuando el enemigo solo está dentro de tu mente.
Hay enemigos de sangre caliente
y le tocas la yugular y notas como el corazón late
y esos son enemigos verdaderos
pues son de carne y hueso
y andan y corren y sobre todo, te joden.
También hay enemigos escondidos
se camuflan de buenas personas
comen contigo,
te dan un beso de despedida
y te llaman amigo
y amigo para aquí y amigo para allá
y yo añadiría, y amigo hasta en el más allá.
Ésta última especie es muy peligrosa
te conocen lo suficiente
como para saber cual es tu punto débil
te hablan suavemente
te oyen con cara de que te están oyendo
hacen gestos que demuestran mucho interés por lo que dices
pero sólo están esperando el momento adecuado,
y para darte la puñalada definitiva
y estos amigos falsos
son asesinos a sueldo
y a sueldo del odio y de sus ansias de venganza.

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