Si me tengo que ir, me iré,y me iré por el mismo camino que vine,
pero eso sí, con la cabeza bien alta,
y con el orgullo de haber luchado,
hasta dejarme las agallas, en la batalla.
Si me tengo que ir, me iré,
y me iré rápido, y sólo necesito
el tiempo de hacer las maletas,
y meter mis cuatro recuerdos,
todo mezclado, en un desorden estudiado.
Si me tengo que ir, me iré,
y lo haré sin despedirme de nadie,
y no por nada, ni porque tenga miedo,
es que las despedidas y todo su protocolo,
me producen crisis de pánico.
Si me tengo que ir, me iré,
pero me iré a un sitio muy lejano,
tan lejano,
que ni siquiera aparecerá en los mapas,
un sitio virgen y escondido,
donde pueda lamer mis heridas,
y asumir que ya nunca volveré,
a ninguno de mis tres puntos cardinales.
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