ISLA (Turismo)

Hoy no estoy para muchas disquisiciones y lo mejor será relajarse un poco o un mucho y tirarse a la bartola. Por ejemplo ir a la playa, que el día dá para eso y me daré un buen baño y punto. Para mí la playa es eso, un baño o dos o tres y secarse un poco y salir de esa cruel solana. Antes cuando mis hijos eran más pequeños, que remedio quedaba que torrarme, aunque fuera de mala gana. Pues como explicarle a los niños lo de ir a la playa y de inmediato volver y además que hacía después con los niños, ¿ meterlos en casa?, como que no. Había que quemarse como todos los años. Además como yo no uso cremas solares de protección y ya sé que debía, pero no soy perfecto, pues me descamaba como un pescado.
Aquí, en ésta Isla el agua es una delicia y sobre todo ahora, antes de que lleguen los guiris para calentarla a base de meaos. Agua traslúcida de azul turquesa, agua cálida en la superficie y a veces, hay que recurrir a bucear hasta el fondo, para refrescarte un poco más y de paso le echas una ojeada a las profundidades y ves como va el asunto por allí.

                           Normalmente hay miles de peces, de todas las especies y colores, o sea que aquí es imprescindible armarse con una buenas gafas de bucear y descubrirás que allí abajo hay otro mundo muy distinto, donde los peces casi te rozan y el silencio del mar te envuelve dentro de sus misterios. A mi la Isla me gusta por un montón de cosas, sus campos, sus bosques mediterráneos, sus pinares, sus calas, pero sobre todo destaco el mar, el mar mediterráneo y si alguien quiere de verdad apreciarlo y notar como es, como es en su plenitud, pues tendrá que venir hasta aquí, hasta Menorca. Aunque supongo que aún quedan Islas en éste mar, que muestren igual sus encantos, pero como yo vivo aquí, yo os hablo de lo que yo veo y siento. Pero eso sí, por favor no venir en una excursión del Inserso, venir más relajados.

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JULIO CORTÁZAR