Son las 4 de la tarde y ahora encontré un pequeño resquicio para colarme
y sentarme delante del ordenador. Menudo día llevo, que calvario y aún
encima la caldera sube y sube de temperatura y lo que viene el fin de
semana, que al parecer ya vamos a arder como cerillas. Y éste año me
niego a encender el aire acondicionado, pues traga que no veas y no está
el asunto para grandes fiestas. Así que a sudar como un cerdo, con éste
calor húmedo, pero húmedo de húmedo, parece que en cambio de estar en
un trozo de tierra en el medio del mar, estamos sumergidos en las
profundidades del mar. Ëste calor que te suda la cabeza, y que supuras
sudor por tús pústulas y en el que los hongos se reproducen más que las
moscas, éste es el calor del Mediterráneo.
Ahora es cuando echo de menos los veranos de mi tierra, los veranos
frescos y en el que se alternan días de lluvia y otros tantos de niebla.
Pero bueno es lo de siempre, si estoy aquí, lo primero es porque quiero
y segundo pasa lo que pasa, que cuando estás aquí echas de menos tú
anterior tierra y cuando vuelves a ella, echas de menos tú isla, así es
la vida y así somos los humanos.
Porque
en el fondo somos caprichosos y egoístas y lo queremos todo. O sea somos
unos tocapelotas, que nos encanta dar la nota y siempre llevar la
contraria. Igual que hacen los niños o eso decimos los adultos cuando
vemos estos comportamientos. ¡No seas niño! se dice. Esto me recuerda a
determinado tipo de personas, a las personas que se emcaprichan por todo
y lo peor es que siempre hay algún o alguna pringado que le dora la
píldora. Hay personas que tienen que levantarse a la misma hora, sea
donde sea, o tiene que desayunar lo mismo, aunque no lo haya o que
tienen que comer a la hora justa o sea a su hora y si se pasa un minuto
de su tiempo, se ponen de los nervios y no sigo por que la lista sería
demasiado larga. Pero a lo que vamos, son personajes maniáticos, así les
llaman y en cambio para mí son verdaderos esquizofrénicos o mejor
dicho, para no faltar a los esquizos, son un bulto de carne con dos
ojos. Arrasan por donde van, pero arrasan con todo, con la pareja, con
los amigos y hasta con los enenmigos y ya no digamos si coincides en un
viaje con alguno de estos especímenes, entonces es mejor suicidarse
antes de que empiece el viaje. En estos casos, es cuando se entiende la
famosa frase que reza: "El amor es ciego". Porque al final el único que
le acompaña a ésta especie depredodora, es el pringao de su novio o
novia, que por su amor ciego, después se va a cagar en todos sus
muertos.
Ave María

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