Yo no oigo lo que dices,no lo oigo y eso que no estoy sordo,
y te juro que no entiendo tús palabras,
pues tús gestos te contradicen,
tú cara, tú mirada,
el movimiernto de tús manos,
todos me dicen,
y me lo dicen a gritos,
que aún me quieres.
O soy sordo para lo que quiero,
o es verdad que debajo de esa coraza,
hay un mar de sentimientos,
y tú dudas porque a veces,
es obligatorio dudar,
y es la duda puesta en la balanza,
y a ver para donde se inclina,
o lo que es lo mismo,
lanzas una moneda al aire,
y a ver que nos depara,
si al final dá igual,
ocho que diez
que el cielo o el infierno,
el caso es quedarte con lo que te dice tú mente,
o escuchar los latidos de tú alma.
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