Jueves 19 de Septiembre y hoy si era un día especial, pero como decía el otro: ya vino el capullo de Bruno y lo jodió. Pues si señor la he jodido, pues hoy era el cumple de mi hijo el del medio y se me olvidó, bueno hasta que me lo dijo él. Y eso que ayer hice memoria de ello, pero ya veis de que sirve mi memoria, para olvidarme al siguiente día. Bueno yo ya convivo con ello, pero no deja de ser doloroso, olvidarte y olvidarte de todo menos para desayunar, comer y cenar, por la sencilla razón de que éstas no dependen de tu memoria sino de tu estómago. Así de primario soy yo.Bueno primarios somos todos un poco, sólo que cada uno lo representa de diferente manera y eso es una cosa más que lo que le identifica como persona. Yo recuerdo personas amigos o conocidos que en principio parecían magníficas personas, sociables, simpáticos, entrañables, cariñosos y demás adjetivos positivos y de repente llegaba la hora de comer y como pasara media hora demás, se iban transformando en monstruos de querer comer. Les iba in crescendo la mala hostia a cada minuto que pasaba y su sociabilidad se transformaba en agresividad y su simpatía en gruñidos y su cariño en gritos de rabia, en fin, la antítesis de lo que eran. Yo esto lo tengo visto con todo lo que rodea el comer: ya fuera desayunar, comer o cenar, pero también con el dormir.
Hay personas que les llega su hora de sobar y algunos se soban sobre un palo de un gallinero y les da igual, pero otros se ponen rabiosos por no poder sobar. Hay algunos de ellos, que se dan cuenta de su mala baba y después de montarla, se dan cuenta que pueden pillarse un taxi o un bus o el metro y asunto solucionado, ellos se van a sobar donde quieren y los demás se van de farra o al cine y ya está. Pero hay algunos otros que son tocahuevos profesionales y de los de verdad y estos no se van, se mueren de sueño, pero les puede más las ganas de joder a los demás. Y entonces te siguen por los sitios arrastrados y desganados y todo es malo y que pesado eres y por que ya no nos vamos y que hacemos aquí y al final te joden la noche, pues se hacen el ombligo del grupo y ya todo dios está pendiente. Y cada vez que intentas levantarle el ánimo te llevas un nuevo desplante y de propina una mala contestación. Vamos que estos últimos no duermen bien si no joden a los demás. Y lo peor de todo es que al día siguiente ellos actúan con total normalidad, aquí no ha pasado nada de nada y si tu dices algo, es que eres un vengativo y un resentido. O sea para ellos es normal, es normal joderte la noche y porque sí y volverte a joder otra noche y también porque sí.
Por último hay los Talibanes, los que tenemos que hacer esto o ir a esto porque lo digo yo y eso es una verdad de fe. O hay que levantarse a las 6 porque tenemos que ver el amanecer, no porque tiene, sino que tenemos o quedarnos toda la noche de juerga porque quiere desayunar en tal sitio o mil ejemplos que también pueden servir y todos cojean del mismo pie, en cumplir su capricho caprichoso y porque ellos lo dicen y lo deciden porque tiene que ser así.
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