EVITA

          Mis referencias al calendario, son para saber en que día estoy y por eso muchas veces comienzo: "Hoy es jueves día 10 de octubre de 2.013" y así me entero en que día vivo. Ahora estoy de vacaciones y los días son todos exactamente iguales y sino tengo la referencia de los días de guardia, pues sencillamente me pierdo. Eso y los fines de semana, que tampoco me sirven pues yo curro igual un sábado, que un domingo, que un miércoles, por tanto el fin de semana, no me ayuda a situarme. Me siento sólo y perdido y que pena me doy...y es que las lágrimas inundan mi mesa. ¡Hay que joderse!. ¡Ya te vale!.

                             Hoy leyendo el periódico local, como hago todos las mañanas, me encontré con la sorpresa de que operan a la Cristina Fernández, pues al parecer le persiste la cefalea. Bueno ya tenemos película de Evita, le van a relizar una gran y peligrosa operación, ¡pobrecita!. Y si os dijera que operar eso, es tan sencillo como quitar un cuerpo extraño del ojo, pues todo consiste en hacerle un agujerito en su duro cráneo y drenar el hematoma y punto y pelota. Y en cambio nos tocará aguantar, todo un serial lacrimógeno sobre las dificultades de dicha operación y sus imposibles secuelas, pues eso vende y vende mucho. A no ser que el cirujano sea de la Once, entonces ya no digo nada.

                                Y apuntan a la posible causa, a una causa casi evidente cuando se habla de un hematoma subdural y aclaran que es debido a un traumatismo en su coco, pero que debe estar sangrando, ya que aumenta de tamaño. Todo muy lógico, pero la lógica no vende, vende el miedo, venden las imposibles secuelas, vende lo pobrecita de ella y vende la pena. Yo me tendré que realizar un TAC, pues debo tener hematomas de esos a mogollón, pues todos los días no paro de darme cabezazos contra el mismo muro y es porque no comprendo como funciona el mundo, mejor dicho sí lo comprendo, pero no lo entiendo. Y cada día me duele más la cabeza y de manera pulsátil y sueño que un día reviento y hago ¡¡plaf!! y fin de mi historia. Pues nada venderé mi nuevo look, una cabeza en pelo pincho y en cambio de pelos, llevaré cables de drenajes y el problema está, en como podré peinarme. Y ese es un problema mayor, que el más que imposible problema o secuela postoperatoria, que tenga la Cristina Fernández.

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JULIO CORTÁZAR