Y llueve sobre mojado y llueve tanto, que nos salen hongos por todas lados. Pero el más peligroso de todos, es el hongo cerebral, el hongo que te borrando las constantes vitales y que te produce alucinaciones visuales y una de sus manifestaciones más frecuentes, es hacernos ver que el mundo va bien, que es lo mismo que decir, que flipamos a colores.
Porque al fin y al cabo, el problema está, en que la vida se encoge y siempre nos parece y es que en realidad es muy corta. Si viviéramos 300 años a lo mejor no nos importaba en demasía el perder unos años en asuntos materialistas, pero como no es caso, no queda otro remedio que poner en la balanza: ¿Luchamos o nos conformamos?. Nosotros no nos creemos el poder que realmente tenemos y esto no es un cuento chino, es una realidad, pero al parecer el que sea una realidad, depende de nosotros mismos.
Si el mundo va bien, pues entonces yo voy muy bien y soy feliz como una perdiz y me sale pasta por las pestañas. Menudo cuento chino nos cuentan a cada día que pasa y resulta que nos venden bondades para los próximos tiempos, salimos de la crisis porque hay y entra pasta en España y voy yo y me lo creo. No sé pero a mí a veces me dan ganas de contaros otro cuento distinto o cambiarle el guión a alguno y deciros que Caperucita se folló al lobo en el bosque y que éste a su vez le había dado por el culo a su abuelita. ¡Joder que argumento más bonito me ha salido!, hasta yo me quedo impresionado de lo guarro que puedo ser a veces. ¡Guarro y asqueroso!.
El mundo está más que mal y por eso el mundo ahora o nunca puede ser de los valientes, pero eso depende de nosotros mismos y por tanto, de si nos plantamos sin más dilaciones y ahora mismo y así veremos que el mundo se para en éste mismo instante. Ni se produciría, ni se consumiría, ni se necesitaría pasta y no se tendría miedo de nada, ni de las hipotecas, ni de los préstamos, ni de las inversiones, ni de las ganancias, sólo habría seres humanos cubriendo sus necesidades y sobre todo, tener como objetivo el disfrutar de la vida o de nuestra corta vida.
Porque al fin y al cabo, el problema está, en que la vida se encoge y siempre nos parece y es que en realidad es muy corta. Si viviéramos 300 años a lo mejor no nos importaba en demasía el perder unos años en asuntos materialistas, pero como no es caso, no queda otro remedio que poner en la balanza: ¿Luchamos o nos conformamos?. Nosotros no nos creemos el poder que realmente tenemos y esto no es un cuento chino, es una realidad, pero al parecer el que sea una realidad, depende de nosotros mismos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario