HAY DÍAS QUE SON NOCHES

Hay días que podían ser noches, es tal su recogimiento, que parecen que son las 4 de la mañana. Tampoco está tan mal un poco de tranquilidad y recogimiento y así aprovechas para verte y revisarte el ombligo, que no está mal mirarlo de vez en cuando. Demasiado no, pues los que sólo se miran su ombligo, me ponen de los nervios, son los egoístas y egocéntricos y los que se creen el centro del Universo. Una limpieza de vez en cuando y asunto arreglado, pero hay que hacerlo así, pues en ese agujero tan pequeño se acumula mucha mierda.

Se acumulan cosas aplazadas, cosas en las que no quisiste entrar en aquél momento, cosas que empezaste y que no te viste con fuerzas para acabarlas y todo esto, son cosas guardadas y a la espera de ti, de que tú las saques y les des vueltas y las resuelvas. Si se acumulan mucho tiempo, esas cosas se convierten en mierda y por último todo se pudre, que no se olvida ni se diluye, sino que se pudre. Y al pudrirse huelen y cuando huelen te trae y de continuo, los recuerdos de todo lo que dejaste acumulado.

Después ya es tarde y por mucho que te laves el ombligo sí quedará limpio, pero ahora es el cerebro el que juega contigo, pues ese olor a podrido se queda grabado en el cerebro o en el cerebelo y ya entonces, son imposibles de olvidar, ya no hay forma, ni manera. Así que hay que aprovechar esos día en que el día se hace noche, días de acompañarte y de darte mimos y cariño. Son días hechos para uno y para uno mismo y depende de ti y sólo de ti, el que quieras disfrutarlos.Y sino es mejor apagar y cerrar el chiringuito.

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JULIO CORTÁZAR